Aplicaciones Organogénesis y micropropagación
Las principales aplicaciones de la técnica de cultivo de células, tejidos y órganos vegetales son en los
campos de micropropagación, obtención de plantas libres de patógenos, preservación de germoplasma,
mejoramiento genético, biosíntesis de metabolitos e investigación básica en áreas como la genética,
fisiología y bioquímica (Fowler 1987, Carpita y McCann 2000).
En micropropagación, la embriogénesis y la organogénesis (Figura 2) pueden usarse para obtener clones
somáticos y regenerar plantas completas con características uniformes y así establecer cultivares de plantas
valiosas, libres de microorganismos y difíciles de obtener por métodos de cultivo tradicionales.
Los cultivos in vitro también pueden almacenarse por largos períodos de tiempo mediante alguno de los
métodos de conservación utilizados para microorganismos como es la refrigeración y criopreservación.
Esta es una forma de eliminar los problemas de espacio físico, exceso de mano de obra, contaminación
de los cultivos y los efectos de la erosión genética.
Entre las principales ventajas del cultivo de células y tejidos vegetales en la investigación básica,
micropropagación y producción de compuestos con actividad biológica como metabolitos secundarios,
proteínas y productos transgénicos, destaca el hecho de que permiten realizar estudios en un tiempo
mucho menor y bajo condiciones más controladas que con plantas cultivadas por métodos tradicionales
(Twyman 2003).
Si los cultivos in vitro se incuban o someten a condiciones de estrés fisiológico, pueden expresar
características de adaptación y resistencia que en condiciones naturales nunca manifestaron, creciendo
selectivamente sólo aquellas células capaces de adaptarse a sus nuevas condiciones. Esta variación
genética también se puede inducir por técnicas de mutación, ingeniería genética, fusión de protoplastos
y transformación genética por inclusión de DNA foráneo de manera similar a las aplicadas comúnmente
en microorganismos (Yeoman et al 1980, Rhodes et al 1987, Crozier et al 2000). En este último caso se
obtienen cultivos o plantas transgénicas en donde el DNA foráneo debe integrarse al genoma vegetal
para garantizar una expresión estable en su progenie (Calva ,Perez ,2005).
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